Después de leer Migrador Nocturno (La Cúpula) y Legión (IVREA), o cualquiera de sus otros trabajos, no puedes sino sentirte algo angustiado, incomodo, parece imposible que de una persona surja un universo tan perturbador. Salvador se ve capaz de crear un nuevo mundo de sueños y en ellos dar vida un nuevo tipo de miedo, algo desconocido, un enigma cuya solución no reside en recuperar la consciencia y despertar de un mal sueño.
Sus historias se adentran en tus miedos más profundos, miedos que no conocías poseer. Busca la emoción primaria de las pesadillas, parece activar algo en tu subconsciente que te produce gran dificultad para respirar y una opresión en el pecho, solo descriptible como “terror extremo”.
Salvador Sanz es un dibujante argentino, nacido en Buenos Aires en 1975. Desde sus comienzos ha participado en varias revistas como Catzole, Ferro, ExAbrupto o en Bastión Unlimited. En ellas ha desarrollado todo su arte con una fuerza creativa que va dejando boquiabiertos a todos los lectores que incautos, nos atrevemos a leer sus historias, para no volver a dormir tranquilos por las noches.
Uno de sus primeros personajes fue Ángela de la Morte (personaje que parece haber retomado en estos momentos) y le siguieron cómics como Legión, el recopilatorio de historietas Desfigurado y su última obra Nocturno (para nosotros, Migrador Nocturno). Entre ellos ha ido intercalando trabajos de storyboards para cine y publicidad y trabajos de animación como Gorgonas (premiada en la Comic-con 2005) y El Invisor.
Descubrimos con agrado a un dibujante perfeccionista, con gran sentido del ritmo y el espectáculo. La gran calidad técnica de Salvador nos permite ver con todo detalle su mundo de horror, en el cual puedes encontrar desde metamorfosis involuntarias en seres alienígenas, personajes arcanos con rasgos zoomórficos, divinidades multiformes mitad ave, insecto o humano y mundos increíbles repletos de seres desagradables, son algunas de sus creaciones que nos pueden trastornar el sueño.
Salvador nos muestra a vista de pájaro perspectivas de ciudades, su lápiz no tiene límites para dibujar grandiosos edificios de piedra o construidos con millares de miembros humanos, persecuciones en coche por estrechas carreteras o batallas aéreas entre aviones de combate y enjambres de seres alados, escenas cotidianas en tu hogar o sacrificios humanos en lugares místicos, todo es posible en sus sueños.
Como un baile aéreo de múltiples personas en caída libre cual Ícaros alados son las historias de Salvador Sanz, sus cómics se precipitan a un vacío de locura desbordante de genialidad artística. Si no estás preparado, sus historias pueden hacerte dudar entre lo real y el sueño.
1 comentario:
uf!, cuanto trabajo no?, muchas veces me pregunto si a los otros ilustradores les dolerán tanto los nudillos como me duelen a mi después de una buena sesión sin parar jaja.
Me gusta mucho!
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